viernes, 26 de junio de 2009

CINE SUECO

La opinión de ... Eugenia Casas
El cine va por oleadas, lo mismo les da a las productoras por las películas bélicas, o de catástrofes, invasiones extraterrestres, magia…
Quizá en una gran ciudad donde hay mucha oferta de salas, estas modas se diluyen, pero en ciudades como Calahorra en la que el cine comercial gana por goleada, se hacen más evidentes.
Es curioso que en poco tiempo hayan llegado a nuestras pantallas dos películas de producción sueca: “Déjame entrar” y “Millennium 1, los hombres que no amaban a las mujeres”. Pero es una de las pocas cosas que tienen en común, además de estar basadas ambas en sendos libros, compartir paisajes lejanos y desconocidos, como desconocidos son sus intérpretes.
Mientras “Millennium…” se ha vendido por el hecho de estar basada en el best-seller de Stieg Larsson, “Déjame entrar” llega por méritos propios. Pero en las dos aparecen personajes muy atractivos. Y aquí está la cuestión: ¿por qué vamos a ver una película?, ¿qué queremos encontrar en ella?, ¿con qué queremos identificarnos?, ¿qué nos atrae de unos personajes tan alejados de lo cotidiano como ocurre con las protagonistas femeninas de ambas películas?.
Sé que esto es un blog de cine, aunque parezca más un comentario psicológico o sociológico, pero eso es lo bueno del cine, que nos crea un debate, nos aporta nuevas visiones, nos hace cuestionarnos a nosotr@s mism@s y a nuestra sociedad.
En “Déjame entrar” es una vampira eternamente joven, de trece años, enamora a chicos de su edad, los cuales van envejeciendo junto a ella. En “Millennium…” es una joven hacker, de imagen post-punk, que vive en su mundo, intentando pasar lo más desapercibidamente posible.
Ambos personajes nos atraen magnética e insospechadamente. Las dos saben lo que quieren y saben cómo conseguirlo. A pesar de su violencia interna se hacen querer, ¿por qué?, ahí dejo la pregunta para las personas que las hayan visto.
Desde el punto de vista cinematográfico “Millennium…” tiene muy poco que destacar, narrada “a la americana” (el lenguaje más universal, acompañando al boom mediático del libro) y de un modo muy fácil, más bien simplista y nada elaborado (calculo que todo lo contrario a cómo está escrito el libro, que confieso no haber leído todavía, pero que me ha recomendado el 100% de las personas que conozco asidu@s a la lectura).
Sin embargo “Déjame entrar” tiene sello de autor, sello sueco. Creo que jamás se ha visto una película de vampirismo en la que se utilicen tantos planos en los que el color blanco es el protagonista. Su ritmo pausado en cuanto a duración de planos o movimientos de cámara nos lleva por la vida tranquila de jóvenes preadolescentes, contrastando con planos rápidos y de gran dureza, asociados a las “muertes necesarias”. Un lenguaje nuevo es posible en un género que parecía ya agotado…
Cine sueco, en realidad una excusa para hablar de estas dos películas.

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