miércoles, 20 de mayo de 2009

"DEJAME ENTRAR": EL AMOR CONSUELA A LOS MARGINADOS

La opinión de... LEOmuñoz.
"Dejame entrar", ante todo trata de lo horroroso y terrible que puede llegar a convertirse lo cotidiano. Aunque nos encontramos ante un film de vampiros, no asistimos a una narración al uso de corte fantástico o de terror, esto es un drama (terrorífico y escalofriante) de soledad. Un niño con problemas de comunicación con sus padres y que sufre acoso en el colegio y una niña marcada por su condición física que la obliga a mantenerse fuera del alcance de cualquier relación humana. Su condición vampírica es tratada como una enfermedad extraña e incurable que la margina absoluta y cruelmente del ámbito social, incluso ella misma lucha por evitar alimentarse por si misma. Eli (Lina Leandersson) encuentra en Oskar (Kåre Hedebrant) un espejo en el que mirarse, alguién que la pueda entender desde la prespectiva de un niño atrapado en un mundo que no comprende bien y al que debe enfrentarse diariamente.

Todo lo citado hasta ahora nos ha presentado un guión más que interesante, adaptado de la novela homónima de John Ajvide Lindqvist (lee el primer capítulo aquí). Pero la verdadera atracción del film reside en la decisión primordial de su director Tomas Alfredson de rodar toda la película en primerísimos planos que realmente marcan la forma de contarnos el film. Su acercamiento literal a los personajes es intencionado, sin duda para que prestemos la atención en lo que importa. Pero además también acierta utilizando el 'fuera de plano' para intuir la condición inhumana de la protagonista. Tan solo en una ocasión y en segundo plano descubrimos claramente las habilidades innatas de la Eli vampiro al trepar por la fachada del hospital. Incluso los diálogos de la niña son comedidos, manteniendo el juego de ocultar a toda costa su verdadera condición animal:
Oskar- ¿No tienes frío?
Eli- No, quizás lo haya olvidado

Oskar- ¿Eres vieja?
Eli- Tengo 12 años, pero desde hace mucho tiempo

Es evidente que toda la atracción de la película viene marcada por las interpretaciones de los niños protagonistas (una pena no haberla visto en V.O.S.), sobre todo la niña vampiro Lina Leanderson, una profesional como la copa de un pino. Ambos trabajan con una sinceridad actoral que traspasa la pantalla, supongo que el director del film realizaría un casting muy duro para encontrar a dos niños capaces de engañar a la cámara a tan escasos milímetros de su cara.
En definitiva hemos asistido, y creo no exagerar, a uno de los tres mejores films que vamos a disfrutar en una sala de cine este 2009, y sino el tiempo nos lo dirá. Aunque para ser justos debo ser sincero y admitir que no me gusto como resuelve Tomas Alfredson la escena de la piscina, algo fuera de tono con respecto al conjunto comedido del resto del film. Los espectadores que la hayan visto entenderan lo que digo, no voy a destripar ahora una escena tan importante como la que cito.
Para los que nunca antes han contemplado el vampirismo de esta manera tan poética les remonto a 1995, fecha de estreno de "The Addiction" de Abel Ferrera, otro film de esquisito gusto rodado en blanco y negro que aporta una visión más profunda a este subgénero que hasta entonces considerabamos dentro del género clásico de terror.

escena en versión original del film de Abel Ferrera

2 comentarios:

  1. Ya tengo ganas de ver esta película. Me retrae un poco el resurgir vampírico, pero me imagino que no tendrá nada que ver con la última moda de Crepúsculo.

    De acuerdo con lo de las V.O. Aún se me ponen los pelos como escarpias con los doblajes de A. Jolie. Tendría que haber un delito para eso en el Código Penal:)

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  2. Ya puedes darte prisa si la quieres ver en el cine. Me huele que no va a aguantar ni dos semanas en cartelera.

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