jueves, 15 de octubre de 2009

MALDITOS BASTARDOS: TARANTINEANDO

La Opinión de... LEOmuñoz.
De todos es conocida la base de la que bebe Quentin Tarantino para sus creaciones cinematográficas. Lejos de ser un handicap, su afición (enciclopédica) a los films de serie B y Z por su oficio juvenil en un videoclub, lo dota de ciertos recursos cinematográficos atemporales que sellan los distintos géneros de la historia del cine, ya sean films bélicos, de cine negro, westenrs o el más clásico cine gore. No hay duda de que Tarantino respira cine por todos los poros de su cuerpo, no se explica sino esa sensibilidad por pocos cineastas alcanzada para convertir la banda sonora de sus películas en una entidad propia que se funde magistralmente con cada escena o acto de sus películas.
En "Malditos Bastardos" su fuente de inspiración ha sido un film italiano de 1978 titulado "Quel Maledetto Treno Blindato" (dirigido por Enzo G. Catellari), que en América se tituló "The Inglorious Bastards", único nexo de unión con el film que Quentin ha creado. Por que si alguién ha visto el film italiano se percatará de que su guión no tiene nada que ver con el de "Malditos Bastardos". Bueno, despejadas las dudas que alguno ha podido tener sobre la originalidad del guión del último estreno de Quentin (acusaciones infundadas que siempre han recaido sobre el cineasta desde sus comienzos con "Reservoir Dogs"), nos encontramos esta vez al Tarantino más fiel a su estilo, al Tarantino que divide su film en actos que tranquilamente podrían sobrevivir por separado a modo de cortometraje y que a la vez encajan perfectamente en el montaje final. En Malditos Bastardos el guión es lineal, no realiza juegos malabares del estilo a "Pulp Fiction" o "Reservoir Dogs" y las dosis de violencia extrema se pueden contar con cuentagotas, aunque eso sí con una contundencia que consigue apartar la vista al mas insigne.
Es de agradecer que la primera vez en la que Quentin Tarantino cuenta con dinero de una gran major americana (Universal) no nos haya defraudado y solo podamos decir, a simple vista, que la influencia primordial de la productora se ha supeditado (opinión personal) a introducir en el reparto una figura mediática de la talla de Brad Pitt, como si Tarantino necesitara de ello para recaudar en sus pilículas, ja, ja.
En fin, que hace tiempo que no disfrutaba tanto de un film con reminiscencias de los clásicos del cine bélico ("Los doce del patíbulo"), guiños al western de Sergio Leone y a clásicos del cine, como el momento "Mago de Oz" y lo más característico de Quentin Tarantino, magníficos diálogos que mantienen la tensión de cada escena hasta el desenlace más inesperado.
En ningún caso "Malditos Bastardos" será considerada una obra maestra del séptimo arte pero nadie dudará de su marcado carácter cinéfilo y por supuesto que dentro de la filmografía del señor marrón ocupará un buen puesto.

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