Norman Bates fué en la vida real Edward Gein, de padre alcohólico y violento maltratador y de madre hiperprotectora, posesiva y dominante, rasgos que proyectaba incisivamente sobre su hijo Edward. Su trastorno mental a raíz de la muerte de su madre lo convirtió en un necrófilo que desenterraba cuerpos de mujer para confeccionarse utensilios de cocina fabricados con huesos, máscaras de piel humana y vestimentas que luego se ponía. Su enfermiza afición dio pie al asesinato por la falta de cuerpos femeninos enterrados, lo que provocó que la desaparición de dos mujeres con escaso margen de tiempo alertara a la policía local de que podría tratarse de un asesino en serie.
Pero sobre todo Norman Bates fue, es y será Anthony Perkins, un icono para el cine por su increible interpretación de un chico con trastorno de personalidad que regenta un motel y cuida de su madre enferma. A partir de este papel en "Psicosis" (1960) de Alfred Hitchcock su carrera quedará ligada para siempre a este personaje, hasta el punto de interpretarlo en tres secuelas más "Psicosis II" (1983) y "Psicosis III" (1986) que el mismo dirigió y "Psicosis IV: el comienzo" (1990). También protagonizó con este personaje una serie para televisión.
Su interpretación como Noman Bates dejó una galería de tics, secuencias y frases que son ya parte de la historia del cine y de la mitología del terror. Quizás Bates se haya convertido en el psicópata por excelencia del cine, encontrando numerosas referencias posteriores en otros míticos personajes ya que "Psicosis" se considera la primera película psicoanalítica de la historia del cine en donde el concepto de villano se diluye apareciendo en el espectador la empatía hacia un personaje trastornado que puede que no sea consciente de lo que hace.
Norman Bates en su escena final: "Es muy triste que una madre tenga que declarar contra su propio hijo. Pero no podía permitir que creyeran que el crimen lo cometí yo.
Ahora lo encerrarán, debí hacerlo yo misma hace años. Siempre fue malo... Intentar hacerles creer que yo había matado a aquellas muchachas y a ese hombre. Como si yo pudiera hacer algo mas que estar sentada y observar, como uno de sus pájaros disecados.
Ellos saben que ni siquiera puedo mover un dedo, y no lo haré. Me quedaré aquí sentada. No haré un solo movimiento. Sospecharían de mí. Probablemente me vigilan. Así se darán cuenta de la clase de persona que soy. No voy a matarte, tranquilízate. Seguro que me están vigilando. Mejor, así dirán: "pero si no fue capaz ni de matar una mosca..."
Norman Bates con Marion Crane: "Ella se enloquece a veces. Todos nos enloquecemos a veces. ¿Usted no?"
Norman Bates con su madre:
- No, he dicho que no. No me gusta que traigas muchachas a casa, y menos aún que cenéis en la intimidad como dos enamorados al estilo estúpido de la gente romántica.
- Madre, por favor...
- ¿Y después qué? Música y palabras dulces, ¿verdad?
- Pero madre, si es una forastera a la que no conozco. Y tiene hambre.
- ¡Aaah! ¡Ya! ¡Cómo si a los hombres no os gustaran las forasteras! He dicho que no ¡y basta! ¡Y no hablemos más de este asunto! Me resulta desagradable, ¿me has entendido? Anda y vuelve y dile que no calmará su apetito con mi comida ni con mi hijo. ¿O prefieres que se lo diga yo, eh muchacho? Si tu no te atreves lo haré yo.
Norman Bates con Marion Crane: "El mejor amigo para un muchacho es su madre"
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